"QUE INTENSA PUEDE LLEGAR A SER LA MATERNIDAD"


Me encanta cuando al caer la noche, todos duermen y con la silenciosa y cálida presencia del fuego, me relajo, escuchando el único sonido de mi respiración.

Atrás queda una larga semana que para mi hija Emma y para mí, una semana que para nosotras empezó el viernes por la noche, cuando a mi niña le fue subiendo la fiebre, tomándome por sorpresa y que, casi sin darnos cuenta, la hemos vivido metidas en la cueva, ofreciéndole ininterrumpidamente...

Teta a demanda. Piel con Piel.Mimos a raudales.
Silencio, tranquilidad y mucho descanso.

En algún momento en el que le intentaba explicar a mi hija que las tetas necesitaban descansar y que no podían más...ella expresaba su enfado conmigo.

Qué revuelta y angustiada he podido llegar a sentirme en determinados momentos...yo que pensaba que ya tenía la culpa a raya...pasarse por mi mente que quizás no estaba a la altura de lo que mi hija necesitaba en esos momentos, que quizás una madre más amorosa que yo, soportaría estar con su hija de tres años pachuchita, pegada al pecho tanto como ella necesitara, y que yo no he sido capaz, por lo menos no como ella hubiera necesitado.

Los pensamientos cuándo persisten, se transforman en emociones y sentimientos...

QUE INTENSA PUEDE LLEGAR A SER LA MATERNIDAD. 

Ahora, que ya estamos resurgiendo y mi hija está más recuperada, sí que logro observar la realidad con más perspectiva, y lo que he percibido y siento es que a pesar de no ofrecerle tanta teta como ella quería, he estado ahí para ella, sin importarme nada más, sólo mi hija todo el tiempo...

Mis brazos, mi cuerpo entero, ha estado ahí a su vera, para ella. La he sostenido y acompañado, sobre todo en sus enfados, cuando le tenía que negar la teta, por puro agotamiento. He disfrutado cuidándola, y lo más importante es que mi hija ha percibido lo mismo, que he estado ahí y que todo lo demás ha podido esperar. A pesar de no darle teta a demanda, le he ofrecido siempre mi cuerpo y mis abrazos.

Además ella ha visto como me respeto, como me escucho y me hago caso, en la medida de lo posible claro...A veces, la he podido dar teta por amor, porque sé que lo necesitaba, aunque mi cuerpo sentía agitación...

He tratado de conectarme a ella y a sus necesidades, tanto como he sabido y podido, y esto es lo que ella ha percibido, cómo la he olido, cómo la he besado, cómo la he acariciado...a pesar de esos instantes de quejarme un segundo y respirar profundamente y retomar de nuevo la situación más paciente y amorosa.

Y sí, también he tenido momentos de flaqueza y también es normal. He pedido ayuda, y me he dejado ayudar y cuidar por mis chicos, que se han adaptado a la situación, comprendiendo y aceptando que Emma solo quería estar con su mamá.

Y de repente, ella me roba un abrazo, ya sintiéndose mucho mejor...Un abrazo de esos fuertes, reparadores, sanadores, de esos que conectan las almas...Siento su agradecimiento, el cual no esperaba...y se deja caer rendida en mis brazos, esta vez sin resistirse al sueño...ahora sí más luminosa y sonriente...y sobre todo, sintiéndose querida por su familia.

Me encanta cuando al caer la noche y todos duermen y con la silenciosa y cálida presencia del fuego, me relajo, tranquila, escuchando el único sonido de mi respiración.

Un abrazo cariñoso,

Lola

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