"LA GUARDIANA PROTECTORA, LA CUIDADORA...TAMBIÉN NECESITA PROTECCIÓN Y CUIDADOS..."


Las doulas, estamos al servicio de los demás, nos llena acompañar, cuidar...es más una manera de sentir y vivir, y hemos de aprender a acompañarnos y cuidar de nosotras mismas, a dejarnos llenar por todo el amor y la belleza, que nos impregna y nos recarga de energía. 

Las doulas, hemos de solicitar ayuda cuándo lo necesitamos. También es necesario que bajemos el volumen, que reduzcamos la marcha...y nos ofrezcamos mirada, a nuestro cuerpo, mente y emociones....con sus propios ritmos naturales y que tantas veces nos cuesta escuchar entre tanto ruido interno y externo...

Las doulas, hemos de aprender a darnos lo que necesitamos en la medida en la que nos sea posible...no cesar en buscarlo, crearlo...no cesar en escuchar lo que necesitamos e intentar respetarnos, lo mismo que le recordamos a las madres que acompañamos...

La que escucha , cuida, abraza, sostiene, sin juzgar y sin condicionar o querer guiar a algún lugar...también necesita escucha, cuidados, abrazos, sostén, sin juicios y sin que la quieran llevar a ningún lugar...

Las doulas, también necesitamos nuestros espacios dónde poder hablar, dónde desnudarnos...dónde ser simplemente, dónde sentirnos a salvo...un espacio libre de juicios, ese lugar dónde se respire respeto y humanidad.

Las doulas, las guardianas protectoras, fuente de sabiduría y de paz...también tenemos nuestras propias historias, cargamos con nuestras propias mochilas, llevamos nuestra propia programación grabada en nuestras células...también sorteamos nuestras piedras en el camino, las mismas que nos hacer caer, levantarnos y avanzar...

Las doulas, también necesitamos retirarnos, parar, respirar, dejarnos sostener por la mano de otra mujer u hombre de la tribu...necesitamos transitar este camino acompañadas...por mujeres-hermanas que sientan al unísono...

Las doulas, necesitamos aprender a amarnos, aún con nuestro dolor, abrazarlo...darnos a nuestras emociones sin juicios...hemos de hacernos conscientes y reconocer nuestros límites...dónde continuar indagando y trabajando para continuar creciendo y avanzando por nuestros caminos de luz....Nos lo debemos a nosotras, a nuestras familias, y a las mujeres y las familias a las que tenemos el privilegio y la responsabilidad de acompañar...

Las doulas, vivimos nuestras propias pérdidas, sentimos nuestros propios duelos, con su dolor y decepciones...con su frío y soledad...con todo el miedo...

Sabemos que el camino no siempre es fácil, ni lineal en la vida...y que también nosotras, las acompañantes en la Maternidad, nos tendríamos que ofrecer el permiso a sentir la negación, el enfado, la rabia, la ira, la impotencia, la tristeza...y todo ese abanico de emociones tan intensas y de todos los colores, que también forman parte de nosotras y de nuestro transitar por la vida...

Como doula, hay muchas cosas que nadie me ha contado y que voy descubriendo con cada paso andado...

Un abrazo cariñoso,

Lola 

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